Después de leer y reflexionar sobre el texto de Zaida Muxí, "Paisajes de aprendizaje. Ciudad y espacio público", nos dispusimos a ver cómo
y dónde estaban situados los parques y plazas del pueblo de Fuensalida. Cuál fue
nuestra sorpresa, cuando después de recorrer 4 parques y una plaza no nos
encontramos a nadie. Los niños no jugaban, los padres no cuidaban de ellos y
los abuelos no paseaban, ni charlaban; eran unos lugares totalmente desiertos.
Después de analizar la situación de los parques y de la plaza ( infraestructura, diseño, etc.), nos dimos cuenta de que la ausencia de personas podría ser debida a diversas causas: se encuentran ubicados a un kilómetro de las últimas
viviendas del pueblo, cerca de una travesía peligrosa, vallados para que
los niños no se “escapen”, con una excesiva normativa y un horario establecido, y el
único parque céntrico del pueblo, al que iban a jugar los niños, no tiene arena porque se la han quitado.
Si queremos que haya sociedad, es imprescindible que haya
plazas, parques, paseos, etc., y que estos sean lugares de
encuentro, de juego, de intercambio de información. Para ello deberían estar inmersos en la ciudad o el pueblo y no en las afueras, no tendrían que
tener tantas normas, ni tendrían que aplicar medidas disuasorias para que los
colectivos más vulnerables dejen de hacer uso de los mismos.
Para crear una sociedad más justa e igualitaria, nuestros
espacios públicos tendrían que estar bien diseñados, bien mantenidos y bien
ubicados. Si no, tendremos unos espacios públicos bastante infrautilizados.
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